miércoles, 25 de marzo de 2009

Hace unos días me impresiono mucho ver la explosión del volcán submarino en el archipiélago de Tonga en el Pacífico Sur . La imagen parecía saca de una escena prehistórica y por un momento pensé que se trataba de alguna imagen elaborada, pero luego siguieron los videos sobre ese fenómeno, para confirmar que en verdad había pasado. Quizás se ven como algo natural, y creo que ese es problema de no prestarle mucha atención a casi nada de lo que sucede y dejar pasarlo como otra noticia más. Recientemente en Alaska ingreso en erupción otro volcán. Esto nos está diciendo que la actividad volcánica se ha activado y que estos últimos meses es más recurrente de costumbre y más ahora que se unieron al club los volcanes submarinos. ¿Será esto normal, que siempre han venido presentando ese ritmo de actividad, sólo que ahora contamos con medios masivos para difundirlo y conocer en el mismo momento en que ocurren, en intervalos de días o semanas, y eso nos hace creer que algo está alterando nuestra naturaleza.? Precisamente esos intervalos de tiempo hacen que le quitemos la atención, por más breve que sea el tiempo que se presenta uno del otro, y dejarlo con un hecho más para la estadística. Si de pronto ingresaran en actividad en simultáneo aunque sea dos o más, ¿Qué pensaríamos? Ahora de repente creemos que algo o alguien está conteniendo la actividad para que no cause caos y así mantener a la mayoría de la población mundial reunida para un solo día, semana o mes, en que todo será desencadenado para que quede gravado en nuestra mente y sirva como aprendizaje para seguir el camino de la Vida. Será así o será otra paranoia más para el 2012.

A continuación dos noticias sobre el tema, muy interesantes.


13 de mayo de 2005 / Viena (Austria)
Los volcanes submarinos son un motivo de alerta

En la pasada Asamblea General de la Unión Europea sobre Geociencia, se alertó del peligro medioambiental que suponen los volcanes submarinos que, al entrar en erupción, no expulsan lava ni fuego, sino que expulsan grandes cantidades de lodo y gas.
Este gas está compuesto por metano y, en el caso de una erupción, se dispersaría junto con grandes cantidades de agua caliente cargadas de productos químicos. La abundancia de metano, producto relacionado con el efecto invernadero, es una de las principales causas del calentamiento de la Tierra.
Además, estos volcanes también pueden provocar grandes catástrofes, como por ejemplo, tsunamis como el que ocurrió diciembre de 2004 en Indonesia.
Aparte de los peligros, los científicos han formulado diversas hipótesis sobre los volcanes submarinos. La más interesante es la que afirma que podrían ser el posible origen de la vida en el planeta, debido a sus reacciones químicas a altas temperaturas.
A su alrededor, habitan un ejército de bacterias capaces de alimentarse del metano, aunque estos organismos sólo utilizan una minúscula parte de ese gas. Por tanto, el resto de metano permanece en el agua y parte de él se convierte en dióxido de carbono, que en parte se disuelve gracias al fitoplancton, formado por microorganismos dotados de capacidad de fotosíntesis. Aún no se sabe con exactitud la cantidad de metano que llega a la atmósfera terrestre y qué otra entra en el ciclo vital a través del fitoplancton.


Una Extinción Masiva Fue Causada Por Volcanes Submarinos
5 de Septiembre de 2008.

Hace aproximadamente 93 millones de años, una inusitada actividad volcánica submarina desencadenó una extinción masiva de la vida marina y enterró una espesa alfombra de materia orgánica en el suelo marino, la cual se convirtió en una fuente importante de petróleo. Así lo indica un nuevo estudio realizado por los investigadores Steven Turgeon y Robert Creaser, de la Universidad de Alberta, Canadá.Esta extinción masiva no fue tan grande como la que mató a los dinosaurios, pero sí fue una catástrofe considerable.Las fuentes de lava que hicieron erupción alteraron la química del mar y posiblemente la de la atmósfera.De las cinco grandes extinciones masivas en la historia de la Tierra, muchas se produjeron por algún tipo de impacto extraterrestre contra la superficie de nuestro mundo. La extinción analizada en el nuevo estudio fue provocada por un fenómeno exclusivamente terrestre.Turgeon y Creaser encontraron, en piedras de esquisto negro, niveles isotópicos reveladores del elemento osmio, lo cual constituye una huella indicadora de vulcanismo submarino.Inicialmente, la corriente oceánica amortiguó este pulso magmático, pero al final todo se convirtió en un caos. El mar perdió su oxígeno y toda la materia orgánica de los cadáveres se acumuló en el fondo marino. Y ahora tenemos en muchas partes del mundo esos grandes depósitos de esquisto negro, fuentes importantes de petróleo.
Según los resultados de la investigación, las erupciones precedieron a la extinción masiva en tan sólo 23.000 años, que a escala geológica son un parpadeo.La erupción volcánica submarina tuvo dos consecuencias. En primer lugar, se liberaron nutrientes en cantidades masivas, que permitieron a vegetales y animales proliferar mucho. Cuando estos organismos murieron, su descomposición y caída hacia el suelo marino causó un extenso vaciado del oxígeno, agravando los efectos de la erupción volcánica y de la descarga de nubes de dióxido de carbono en los océanos y en la atmósfera.El resultado fue un evento global de anoxia oceánica, un fenómeno en el cual el mar se queda sin oxígeno. Los casos de anoxia, si bien sumamente raros, se producen en los períodos de clima muy caluroso, y con un incremento significativo en los niveles de dióxido de carbono.Teniendo en cuenta que ambas condiciones se perfilan para un futuro quizá no muy lejano, por culpa del Calentamiento Global derivado de las emisiones antropogénicas de CO2, los resultados de esta nueva investigación no sólo podrían servir para demostrar una teoría sobre una extinción masiva, sino también ayudar en sus pesquisas a los científicos que estudian los efectos del Calentamiento Global.

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